Por Armando Vega-Gil
Aquí te presentamos una serie de imágenes de altos contrastes, juegos de luz y sombra, objetos cotidianos desde un punto de vista, paisajes urbanos deslumbrantes. La emoción de mirar. El ojo de Armando ofrece momentos inesperados: instantes luminosos que le ayudan a la memoria. Testimonio lúdico del paso del tiempo.
- Prisa. El rumbo es uno, siempre el mismo, el mismo camino. El tiempo es uno, siempre el distinto, su viaje equinoccial. Miguel Ángel de Quevedo, Ciudad de México.
- Eclipse. Pero el movimiento es una suma de quietudes, de mapas humanos apilados en obra negra, interminable, deshabitada. Autopista Puebla-México.
- Piedra de sol. La imagen de fuego cruza una capa de sombra y velocidad. El viejo sol siempre vistiendo ropajes inéditos venidos desde el principio del tiempo. Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.
- Museografía. Explorar las tinieblas para suspenderse en las luces y sus exigencias, para resignificar el acto de la observación y la ceguera. Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca.
- Eclipse II. El falo mínimo del techo solar es una invitación a incendiar el fondo acuoso del ojo humano, vuelto piedra, vuelto cristal opaco y azulado. Xoxocotlán, Oaxaca.
- Encono. La celebración de un punto en el imaginario del que observa, el estallido, la batalla del cerca y el lejos, el asombro en rojo y naranja. San Miguel de Allende, Guanajuato.
- Prisa III. En contrapicado, en ojo que percibe obstaculiza el avance del tiempo, el ocaso, el amanecer. Nadie volverá sobre sus pasos, que las nubes son la ruta. Miguel Ángel de Quevedo, CDMX.
- Prisa II. Viaje inverso en el sol inverso. Amanecer por crepúsculo en el mismo ir y venir. El tiempo avanza y la prisa tiende a cero. Miguel Ángel de Quevedo. CDMX.
- Desencuentro. Tras las nubes las curvas cocan contra la rigidez de la línea. El encuentro fortuito es en realidad la disolución, la verdad trunca, el blanco como negro. Avenida Reforma, CDMX.
- Piedra de sol II. La ventana es una puerta incandescente. El viejo sol es un emparedado de miedo y lumbre, de agua y sal. Espacio aéreo de Sonora.
- Nube número 2. La miradas coinciden en sonrisas, las nubes son dos amantes que se abisman entre ellos hasta tocarse al otro lado del mundo. Álamos, Sonora.
- Salida de emergencia. La ventana es también la mirada, es también los ojos que no alcanza a dilucidar entre la fiebre solar y la sombre herida. Avenida Reforma, CDMX